La “ñ” no existía en el griego y el latín, origen de las lenguas romances actuales, una de las cuales es el castellano. Sólo existía la N, que a comienzos de la Edad Media se reforzó con otros signos, especialmente la I, la Y, la G, e incluso la N duplicada.
Al aparecer las lenguas romances vulgares, la duplicidad (por ejemplo en “anno”) se empezó a transcribir con un guión encima, que indicaba que se repetía la letra. Al principio, esa raya, que se denomina tilde, fue recta; más tarde, adquirió la ondulación que hoy tiene. Otros idiomas, como el guaraní, el vascuence, el gallego, también la adoptaron...
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http://www.redeletras.com/blog/?p=54
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